Microsoft, uno de los grandes impulsores del boom de la inteligencia artificial, ha comenzado a replantear su estrategia de expansión. Aunque su apuesta por la IA sigue vigente, la compañía ha congelado o reducido planes clave para construir nuevos centros de datos en Estados Unidos y Europa. ¿La razón principal? Ya no respaldará nuevas cargas de trabajo de entrenamiento de OpenAI, su hasta ahora aliado estratégico en el desarrollo de modelos como ChatGPT.
Este giro llega en un momento delicado, en medio de una creciente presión de inversores, una competencia cada vez más fuerte —con nombres como DeepSeek ganando protagonismo— y un entorno donde la pregunta inevitable empieza a asomar:
¿Estamos ante la burbuja de la IA?
🏗️ Del «acelerador a fondo» al «ajuste estratégico»
Durante años, Microsoft ha invertido miles de millones de dólares en su alianza con OpenAI, además de impulsar una expansión global de centros de datos para sostener la demanda de IA. Sin embargo, según analistas de TD Cowen, en los últimos seis meses, la compañía ha cancelado proyectos equivalentes a 2 gigavatios de consumo eléctrico, similar al de una ciudad mediana.
Esto se traduce en la cancelación de contratos de arrendamiento de varios cientos de megavatios con al menos dos grandes operadores de infraestructura. La explicación que ofrecen desde Cowen es directa:
“La retirada del gigante tecnológico del arrendamiento de nueva capacidad se debió en gran medida a la decisión de no respaldar cargas de trabajo de entrenamiento adicionales de OpenAI.”
Desde Microsoft, sin embargo, prefieren una respuesta ambigua:
“Podemos acelerar o ajustar estratégicamente nuestra infraestructura en algunas áreas. Continuaremos creciendo fuertemente en todas las regiones.”
💰 La inversión sigue… pero las dudas también
Aunque estos recortes pueden parecer un retroceso, Microsoft asegura que su compromiso con la IA se mantiene. De hecho, tiene previsto invertir 80.000 millones de dólares en infraestructura de IA solo en este año fiscal.
Esto la coloca al nivel de Alphabet, que invertirá 75.000 millones, y de Meta, que ha prometido hasta 65.000 millones. Pero la gran diferencia ahora no está solo en quién gasta más, sino en cómo se percibe ese gasto.
Modelos como DeepSeek han demostrado que se puede hacer más con menos, y esto ha empezado a generar escepticismo entre los inversores:
¿Se están invirtiendo bien estos miles de millones? ¿O estamos entrando en una burbuja especulativa, como ocurrió con las criptomonedas?
🤝 Microsoft y OpenAI: una relación que ya no es lo que era
Aunque la alianza entre ambas empresas sigue existiendo formalmente, es evidente que el rumbo se está separando. OpenAI avanza con sus propios proyectos y expansión, mientras que Microsoft ajusta su infraestructura, selecciona sus batallas y pone en pausa parte del apoyo operativo que brindaba.
Si este distanciamiento se acentúa y las inversiones prometidas no se materializan, podríamos estar viendo el principio del fin del frenesí de inversión en IA. Por el contrario, si Microsoft y otros gigantes cumplen con sus planes y siguen creciendo, será una señal de que la batalla apenas comienza —y que aún queda mucho terreno por conquistar.
🎯 ¿Burbuja o consolidación?
Todo dependerá de cómo evolucione el mercado en los próximos meses. Si las grandes tecnológicas empiezan a recortar infraestructura, a reducir apoyo a socios estratégicos y a ralentizar desarrollos clave, el mensaje será claro: el hype de la IA está cediendo ante la realidad financiera.
Pero si, como afirma Microsoft, el gasto se mantiene y se adapta a nuevas prioridades, quizás no estamos ante una burbuja que pincha, sino ante una reestructuración táctica para sobrevivir en un entorno más competitivo, más eficiente… y más chino.